jueves, julio 27, 2006

Sopor

Me gusta andar en micro, viajar en metro y caminar en las tardes o en las mañanas.... en realidad a cualquier hora. Estás tres cosas tienen en común algo más que ser la manera en que me transporto por esta ciudad. Son los momentos en que más pienso, divago, invento y sobre todo me desconecto del mundo. Esto último puede sonar un poco raro, sobre todo porque son actividades que implican a la ciudad y la conexión con el resto de los seres humanos, pero ocurre que realizandolas entro en una especie de transe, esa sensación como adormilada en donde todo parece bien y está tranquilo. No hay apuro.
A veces mis neuronas no están en condiciones de pensar o no quieren hacerlo (es el estado de relajación máximo mezclado con el agotamiento) y en esos momentos me meto en las conversaciones de los demás. Los escucho desde una distancia casi imprudente y me entero de las cosas que piensan o lo que es mejor de cómo piensan. En algunas ocasiones no hay conversaciones y me fijo en lo que lee el de al lado....
Soy una voyerista como el personaje de "La ventana indiscreta" pero en versión movilizada.
Hoy iba en el metro haciendo esto, absolutamente en otro planeta, absorta en la conversación de tres cuasi adolescentes con dos hombres que parecían ser sus padres. Algo me pareció fuera de lugar cuando al mirar por la ventana vi que decía Tobalaba y yo seguía sentada en el mismo sitio. En las estación siguiente, justo antes de que cerraran las puertas y cuando los demás se callaron, me di cuenta que me había pasado. Fue necesario correr para alcanzar a salir y cambiar y de andén.
Sin embargo, debo reconocer que lo que hago no tiene ninguna malicia y ni siquiera premeditación, simplemente es algo que ocurre.

sábado, julio 22, 2006

Soñar es gratis

La mente del ser humano es sabia. Lo digo porque justo cuando iba a empezar mi segunda crisis del año encontré algo con lo cual distraerme. Probablemente nunca se cumpla todo lo que estoy planeando y si sucede no sea exactamente como me lo estoy imaginando, pero el punto es que encontré algo en lo cual centrar mis energías para llegar al final de este año como la gente. Algo que me impulse a terminar para pasar a la etapa siguiente, además es algo que me permite ver alguna opción a la que puedo dedicar mi vida. Como me dijo mi padre alguna vez "soñar es gratis, entonces, hay que hacerlo en grande". ¿Para qué soñar limitandose desde antes? Yo decidí que me quiero dedicar a la post producción audiovisual, me encanta la idea de armar lo que luego se va a ver... es como un puzzle desarmado que luego, por mi culpa, pasa a ser un material visible y entendible. El problema es que luego empecé a ver las mallas para descubrir donde se estudia eso y me di cuenta de lo entretenido que sería estudiar cine... y coincidió con que tengo un amigo que lo estudia en Buenos Aires y resulta que me quiero ir a vivir allá. Sólo hay un pequeño problema y que no quiero introducir aún a mi sueño: El maldito financiamieno. Pero en fin, volviendo a los refranes "Cada día tiene su afán", así que por el momento dejémoslo en un sueño y cuando sea la hora de los quihubo discutimos como lo hago. Por el momento soy feliz embalandome y pensando en la genial cineasta que seré.
Lo anterior nos lleva a otro asunto: mi infantilismo, pero eso lo puede pensar cada cual por su lado y decidir que estoy un poco loca si quieren, pero a mí me da lo mismo.

miércoles, julio 05, 2006

Pluma, pluma, bototo, ¡copiona!


Soy una copiona. Lo digo así, abiertamente, para no sentirme tan ¿culpable?, ¿poco creativa?. En realidad es para disculparme con algún pretexto... más bien para buscar una justificación a la copia (que por supuesto no es lo mismo que el plagio).
Debo reconocer que en mi vida he copiado muchas cosas, pero la mayoría de ellas no tienen que ver con acciones específicas o cosas "materiales" si se le puede llamar así. No lo he hecho en demasiadas pruebas, ni con demasiadas ideas (aunque algo hay de ambas cosas)... en realidad copio actitudes o mañas.
(Hablando de copias, debo decir que antes de mi día de furia había escrito algo parecido... pero no está mal recordarlo).
Tal vez se pregunten ¿qué copié esta vez? Copié la manía de escarbar en los blogs... Llegar de uno a otro y otro a través de los diferentes comentario. Es un mal bastante típico por lo que he podido apreciar... pero entiendo por qué se produce y me parece increíble. Es como abrir algo envuelto en mil capas y a veces descubres a alguien que ubicas de alguna parte y quieres saber más.... y te vas metiendo en una ruta que después desarmas sólo con el atrás del navegador. Más tarde ( si tienes mucho tiempo libre) u otro día, lo intentas de nuevo, pero difícilmente vuelves a encontrar la misma ruta y llegas a otras partes y otras personas... En fin, me gusta, porque ahora mucha gente tiene blogs y entonces descubres las rarezas y manías de otros muchos y la tontera nunca termina... Incluso creo que se puede hacer un estudio humano respecto a las personas que tienen blogs y hasta intentar descubrirlos por profesiones. Por ejemplo, yo creo que los que más tienen blogs son los periodistas y tal vez es por ese sueño utópico del profesional consagrado o estudiante de esta carrera, de tener su propio medio... o de llamar la atención... o quizá esos sólo sean mis sentimientos inconcientes y los extrapolo a mis colegas jajaja (si creen que la última afirmación es verdad NO me lo digan).

martes, julio 04, 2006

Violencia

Pongo en práctica una idea que dejó alguien más abajo.
Viernes 23 de junio, cerca de las 9pm. Luego de una tarde de observación en la Plaza de Armas de las formas en que las personas se manifiestan, me dirijo a la casa de una amiga. Voy en la micro leyendo un libro que prometía mucho y terminó siendo menos. De pronto escucho que cerca mío alguien discute. Giro mi cabeza hacia el pasillo y me doy cuenta de que la discución es entre dos hombres, uno que se veía más cuico de unos 40 años, era alto, crespo, lentes y cara rara (definanlo como quieran). El otro era mayor, unos 60, se veía más humilde, bajo y canoso.
Al parecer el grande bajaba de la micro cuando el chico subía y al hacerlo pasó a llevar al otro. Éste lo increpó y siguió hasta el asiento (al frente mío). Fue cuando me di cuenta de que se venía la pelea. El de lentes le gritaba y trataba de provocar la discución mientras el otro trataba de no enganchar. Hasta que finalmente cedió y cuando el otro le dijo -¿Quiere pelear?-. Yo grité. El canoso se levantó. El grandulón sacó un gas pimienta y se lo vació en la cara.
Nadie podía respirar y el caballero mayor no podía ver. La gente no hacía nada, sólo atinaron a bajarlo mientras todo el resto nos afixiabamos arriba.
No sé que pasó con el agredido... pero cuando me bajé (10 minutos después) todavía no lograba abrir los ojos.