Cuando era chica iba a la casa de mi prima casi todos los fines de semana, tenemos la misma edad y vivíamos cerca en un lugar alejado de nuestras compañeras de colegio. Lo típico era que ella me llamaba y me invitara a tomar té a su casa. Cuando llegaba allá, después de mirarnos a la cara un rato alguna decía ¿juguemos a las barbies? y entonces ella sacaba todas las muñecas rubias que su papá le había traído de EE.UU y por su puesto la colorina (Teresa) que era de su uso exclusivo, bueno algunas veces me la prestaba. Repartíamos las barbies y nos poníamos a armar la casa (debo decir que mi prima hoy es arquitecta), organizábamos la historia y todos los detalles que ese día les corresponderían vivir a Teresa y sus amigas. Con patines hacíamos autos y casas super espectaculares con todo lo que había a mano. En eso nos gastábamos la tarde y cuando terminábamos de ordenarlo todo para que las chicas perfectas tuvieran su vida perfecta, justo cuando no quedaba nada que pudiera faltar en su casa, entonces nos aburríamos y decidíamos no jugar más.
Creo que algo similar pasa cuando uno es adulto, la parte más entretenida es soñar, organizar mentalmente los detalles para que todo sea maravillo, tal como lo hemos pensado, pero cuando llega el momento de ponerse a jugar nos aburrimos y cambiamos de proyecto... Tal vez es hora de hacer brownies al microondas, cronológicamente lo que venía después de organizar la casa de las Barbies, algo así como el break del que nunca volvíamos.
Creo que algo similar pasa cuando uno es adulto, la parte más entretenida es soñar, organizar mentalmente los detalles para que todo sea maravillo, tal como lo hemos pensado, pero cuando llega el momento de ponerse a jugar nos aburrimos y cambiamos de proyecto... Tal vez es hora de hacer brownies al microondas, cronológicamente lo que venía después de organizar la casa de las Barbies, algo así como el break del que nunca volvíamos.
3 comentarios:
Mira tú, yo creía que parte del ser adulto consistía en ser capaz de llevar adelante el proyecto contra viento y marea.
Saludos de u sobrino.
De las barbies es la culpa....nos estaban entregando un mensaje subliminal y ahora con un misero y delicioso chocolate nos sentimos culpables.
Esto tan, pero tan, pero tan de acuerdo.... cuando concretizas lo que pensaste querías... pff, te das cuenta que tal vez, sólo tal vez no ra precisamente eso, si no lo que representaba en el imaginario lo que querías... ahhh!!!
por ahora a construir nuevos sueños y a arruinarlos cuando se hagan realidad
besus
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